A las 3:30 de la mañana, con los llantos de mi peque, me despierto, después de haber dormido toda la noche de un tirón, nada de nervios, raro en mi.
Lo primero que me doy cuenta nada más despertarme es que el estómago lo tengo muy hinchado y me arde por dentro.
Me pego una ducha, preparo el material y bajo a desayunar.
A las 6:00 ya estoy en los boxes y sigo igual de tranquilo, parece que esto no va conmigo.
Poco más tarde llegan Rafa y Juanmi y juntos preparamos todo.
A las 8:00 dan la salida de natación, los primeros metros me cuesta nadar por algun golpe que otro, pero es llegar a la primera boya y todo se tranquiliza, el mar está muy calmado y nado muy a gusto, trato de seguir unos pies pero me agobia el no saber si voy recto o no y decido ir a mi aire. Así que toda la natación la hice en solitario, al principio haciendo eses pero al dar el giro de vuelta disfrutando muchísimo e intentando hacer una recta hacia cada boya.
Hago la T1, cojo la bici y cuando llevo un par de km miro el reloj, 1h 11min. Impresionante he nadado en poco más de 1h, y mi estómago no se hace notar.
Al paso por el hotel veo a lo lejos a Yoani con mis niños ( Vasmos papiiii !!! )y las lágrimas no se hacen esperar, creo que voy a poder acabar...
Sigo rodando y cojo a un triatleta que va a mi ritmo como referencia, y marcho tras unos 50 kms, el cuentakilómetros marca 36km/h de media y voy con muchas fuerzas.
Hacia el km 55 el dolor de estómago se hace notar y a menudo que pasan los kms se va incrementando poco a poco, las barritas y la bebida son como cristales punzantes que se me clavan conforme entran en mi estómago.
Pienso para mi, venga que esto es un bache y se pasa. Ignorante de mi!!.
Termino la primera vuelta y mi estómago me dice que me vaya al hotel, pero mi cabeza me dice que no le haga caso que tengo que ser finisher.
Continuo durante 20 agonizantes kilómetros y mi estómago ya no puede más, la salud es lo primero y se que esto ya se ha terminado para mi.
A duras penas llego al hotel y me abrazo a mi familia. Lo demás, cualquiera que me conozca un poquito se lo puede imaginar...
Ayer fue el peor día de mi vida deportiva, jamás me había retirado en ninguna carrera en toda mi vida. Pero algún día tiene que ser, no van a ser toda alegrías. En fin, que todo lo malo sea esto.
Por otro lado también me quedo con cosas buenas, he conocido a dos buenísimos amigos Juanmi y Rafa, que han teminado este Ironman, no sin sufir lo impensable. Siento el no poder haber estado en la linea de meta cuando acabasteis, pero me quedo con dos momentos que no olvidaré. A Rafa venciendo al dolor en la maratón y la entrada de Juanmi en meta. ENHORABUENA CAMPEONES!!!
Solo me queda dar las gracias nuevamente a TODOS los que me habéis apoyado en busca de este sueño, especialmente a mi mujer Yoani por aguantarme durante estos meses.